De dónde salió tu apellido?
-Es bien italiano, pero no sé de dónde exactamente, porque del lado de mi mamá también son de allá. Tengo raíces en Parma y Sicilia.
-Sos medio “Saccani” entonces...
-Naaa, una es muy tranquila y a veces, demasiado. Muy responsable con el trabajo, porque me tomo las cosas en serio: hago gimnasia, voy a la peluquería y siempre estoy hecha una lady.
¿Cuándo es demasiado?
-Cuando exploto, porque una va aguantando lo que le pasa y se lo va callando; ojo, medio que me culpo por mi forma de ser. Me gustaría tener más carácter para imponer mi posición, pero soy muy sensible y todo me afecta mucho.
Es que sos chiquita todavía...
-No te creas, ahora que crecí un poco -recién llegó a la mayoría de edad: tiene 21- estoy cambiando; además, hace siete años que trabajo como modelo.
-¿A ver? En lo emocional, ¿de 1 a 10?
-Un 8, porque estoy contenta con mi trabajo, una ve los frutos de su carrera y la verdad es que no tuve un ascenso improvisado, el cambio fue paulatino y no de un día para el otro. Me acabo de casar y estoy con un montón de proyectos.
-¿Cuánto es “acabo”?
-Apenas ocho meses, pero con Seba -Estevanez, el actor- convivimos casi dos años.
-¿Continúa la luna de miel?
-Algo así sigo viviendo, pero aquel momento fue muy especial. En los sentimientos digamos que sí, sin duda.
-En el amor, ¿de 1 a 10?
-Estoy bárbara (¡¡¡sííííí, tampoco tenemos dudas, aunque sí una!!!) y un 10 sería mi calificación; aunque parezca mucho, refleja mi estado en el amor... Uno va aprendiendo de lo que va haciendo y hoy muchas chicas ni piensan en casarse tan jovencitas, porque es un compromiso para nada típico como lo era antes.
-¿Cómo te desquitás?, ¿mostrando la cola en la pasarela?
-El también tuvo que aprender muchas cosas, pero nunca me presionó. Es más, la primera nota de Hombre le encantó.
-¿Se ratoneó?
-No sé, la pregunta es para él.
-¿Nunca te pidió que te pusieras algo de un desfile?
-No te voy a decir nada.
¿Cómo es una buena noche a pura intimidad?
-Me gusta llegar a casa, encontrarme a Seba con una linda comidita con velas, una flor en la mano, que me diga “te amo” y el resto se lo dejo a los lectores, que saben perfectamente qué tendrían que hacer.
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